sábado, 1 de febrero de 2014

UM CONTO DE NATAL ENVIADO PELO ESCRITOR JUAN ANTONIO MENDEZ DEL SOTTO




Era la Noche Buena, pero para Elisa, la niña huérfana, era una noche más de hambre como cualquier otra. Sin embargo, tenía la esperanza que pudiera ser diferente, gracias a tantas y tantas historias que había escuchado, sobre los milagros que solían acontecer en una noche como aquella, en el que todo el mundo era feliz, celebrando el Nacimiento del Niño Dios.
            En aquella habitación, en la que la niña esperaba el milagro, no se escuchaba el sonido de la pandereta ni el de la zambomba, tampoco el de las risas ni las alegres voces de la gente, intercambiando felicitaciones y buenos deseos. El sonido a aquella triste estancia, lo ponían los intestinos de Elisa aguardando digerir algún alimento.

            La niña se tendió sobre el sucio jergón, único mobiliario entre aquellas cuatro paredes desconchadas y húmedas, y rezó para que el milagro no tardara.

            Entornó sus ojos y… De pronto, una cegadora luz iluminó la estancia. ¡Era el milagro! Su milagro. ¡Al fin!
Entre el blanco deslumbrante, vio como se aproximaba, con la mano extendida, un ángel azul. El ángel que daría fin a sus penas.
Feliz, cerró los ojos. La cegadora luz desapareció, pero el ángel continuaba a su lado.
Se acercó un poco más y acarició la cara de la niña.
Aquél ángel no era azul, era negro como la noche.
Elisa no volvería a dejar ver nunca más su triste mirada.

-------JAMS------

1 comentario:

rosa dijo...

La muerte, que tão má é/ Por vezes chega a ser querida/ É a única salvação/ Para los males, desta vida!... <3 <3

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